Las sustituciones en las que interviene el líbero son ilimitadas y deben realizarse mientras el juego está detenido antes del pitido de autorización de servicio, sin pedir permiso al árbitro. La permanencia del líbero está supeditada a la rotación del jugador titular del que ocupa el lugar, teniendo que hacerle un hueco cuando vuelva a la primera línea (puesto 4). Normalmente, en el voleibol moderno, el líbero entra en lugar del bateador central que está en la segunda línea, después de que éste haya completado su turno de golpeo, y sale en el momento de pasar a la primera línea para dejar que el bateador central vuelva a entrar, para luego esperar el turno del otro bateador central. Por lo tanto, entre la salida del líbero y su nueva entrada sobre otro jugador debe haber siempre al menos una jugada.
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